El impacto de la alimentación en el estado emocional: claves y estrategias
Autor: Valeria Muñoz Espinoza - Equipo Industria Alimentaria

El Foro de Nutrición Sensata, organizado por la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) en colaboración con la Universidad Francisco de Vitoria, permitió analizar en profundidad la relación entre la alimentación y el estado emocional. Expertos en neurociencia, psiquiatría, nutrición, investigación y comunicación abordaron diversos aspectos de esta interacción para comprender su impacto en la salud mental y el bienestar.
Uno de los temas centrales fue cómo la alimentación influye en nuestras emociones y viceversa. Durante el foro, se discutió la forma en que ciertos nutrientes pueden afectar el equilibrio emocional, favoreciendo o perjudicando el bienestar psicológico. Se destacó el papel de una dieta equilibrada en la reducción del estrés y la ansiedad, así como en la mejora del estado de ánimo y la concentración. Estudios recientes indican que una alimentación rica en omega-3 y antioxidantes puede reducir el riesgo de depresión en un 30% (según un estudio de la Universidad de Buenos Aires publicado en 2022).
En la mesa de debate "Del estrés vicioso al estrés virtuoso", los expertos analizaron cómo los hábitos alimenticios pueden verse condicionados por factores emocionales. Se explicó cómo situaciones de estrés pueden llevar a una alimentación impulsiva o poco saludable y se exploraron estrategias para mejorar la relación con la comida mediante la regulación emocional y la adopción de hábitos conscientes. Un estudio de la Universidad de Harvard reveló que el 60% de las personas que experimentan estrés recurren a la comida como mecanismo de afrontamiento.
Un coloquio específico abordó cómo nuestras situaciones sociales y emocionales influyen en la forma en que nos alimentamos. Se profundizó en la relación entre los estados de ánimo y la elección de alimentos, destacando la importancia de identificar patrones de alimentación emocional y desarrollar herramientas para gestionarlos de manera más saludable. Por ejemplo, un informe de la American Psychological Association señala que el 40% de los adultos en América Latina han admitido comer en exceso o consumir alimentos poco saludables debido al estrés, según un estudio del Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá (INCAP).
Asimismo, el impacto de la comunicación y los mensajes recibidos a través de los medios y redes sociales en la percepción de la alimentación y la imagen corporal fue objeto de reflexión en el debate "Come tranquilo". Se destacó cómo la sobreinformación y los mensajes contradictorios pueden generar ansiedad y afectar las decisiones alimentarias, resaltando la necesidad de desarrollar un pensamiento crítico respecto a la información nutricional disponible. Casos como el aumento de los trastornos alimentarios entre adolescentes han sido vinculados al consumo excesivo de contenido en redes sociales sobre dietas extremas.
Las discusiones en el foro evidenciaron la importancia de entender la alimentación como un factor clave en el bienestar emocional. La combinación de enfoques científicos y prácticos permitió ofrecer herramientas útiles para mejorar la relación con la comida y promover hábitos más saludables.
Esto reafirma la necesidad de abordar la alimentación no solo desde una perspectiva nutricional, sino también emocional y psicológica. Comprender la conexión entre lo que comemos y cómo nos sentimos es esencial para mejorar nuestra salud mental y calidad de vida. La evidencia científica y los casos analizados durante el foro refuerzan la relevancia de este vínculo y la necesidad de promover una alimentación consciente y equilibrada.
Fuente: Diario de Gastronomía