Autor: Portal I+D Control
Uno de los mayores problemas que puede experimentar cualquier empresa dedicada a la industria alimentaria es tener una plaga en sus instalaciones, debido a los numerosos perjuicios que esto puede causar a su reputación, a la salud de sus clientes y al desarrollo de su actividad. Por ello, es importante conocer cuáles son plagas en la industria alimentaria más comunes y cómo podemos evitarlas.
Le mostraremos algunas de estas plagas: cucarachas, moscas, ratones y ratas, y hormigas. Veamos cuáles son y cómo podemos evitar que entren en nuestras instalaciones.
En la industria alimentaria, estas pequeñas criaturas pueden tener un gran impacto en su negocio. Tanto si es dueño de un restaurante como si es panadero o simplemente un consumidor que disfruta comiendo (que somos todos), el control de plagas es algo que debemos tener en cuenta a la hora de hacer nuestro trabajo y nuestras compras.
Por ejemplo, si diriges un restaurante y tienes problemas con los ratones, quizá debas considerar la posibilidad de contratar a un exterminador para que venga a ponerles trampas. Esto te ayudará a mantener a tus clientes a salvo de cualquier enfermedad que puedan llevar consigo, al tiempo que protegerá tu reputación como establecimiento que cuida la salud de tus clientes ofreciendo un buen servicio.
Todos sabemos que los roedores son una de las peores plagas que pueden infestar una industria alimentaria. Acuden en busca de una fuente de alimento abundante y aumentan su población con facilidad.
Pero aún hay más. Pueden portar y transmitir enfermedades a los humanos, e incluso contaminar los alimentos a través de sus pelos y excrementos.
Por eso es importante tomar medidas contra estas plagas lo antes posible, y estamos aquí para ayudarle a hacerlo. Control I+D ofrece soluciones para mantener tu negocio libre de roedores, para que puedas centrarte en la elaboración de alimentos de calidad sin preocuparse por las plagas.
Las cucarachas son uno de los insectos más comunes que invaden los negocios de alimentación. Suelen ser nocturnas y se esconden durante las horas de luz. Esto significa que son más activas por la noche, y es fundamental vigilar sus heces, que es como identifican su existencia.
Las cucarachas también pueden ser un relevante vector de enfermedades. Para evitar que una plaga de cucarachas se establezca en nuestro negocio de alimentación, es vital mantener una higiene absoluta -eliminando la basura con regularidad y los restos de comida que puedan caer al suelo- y almacenar todos los alimentos en frigoríficos o recipientes herméticos.
Las hormigas se caracterizan por ser aparecer sobre todo en primavera y verano, cuando las buenas temperaturas hacen que estos insectos salgan a recolectar comida.
Aunque tendemos a pensar que las hormigas son inofensivas, lo cierto es que pueden ser portadoras de patógenos y enfermedades para el ser humano, como la Salmonella.
Debido a su pequeño tamaño, encuentran fácil acceso a los establecimientos de comida, siendo recomendable cerrar cualquier grieta existente que les permita entrar sin ninguna complejidad.
Siempre debe llamar a una empresa profesional de control de plagas si tiene un problema de hormigas, ya que tienen la experiencia necesaria para encontrar dónde se esconden todas las hormigas para poder eliminarlas de una vez antes de que empiecen a reproducirse de nuevo.
Las moscas son los insectos voladores más comunes y dañinos que se encuentran en la industria alimentaria.
Se sienten atraídas por los olores que producen los alimentos, y son capaces de desplazarse por cualquier espacio, entrar en contacto con los alimentos e infectarlos con sus patas o excrementos.
Para ser eficaces, los profesionales del control de plagas deben conocer a fondo la especie de plaga a la que se enfrentan. Esto incluye su comportamiento, dieta y hábitat.
Cuanta más información contextual tenga el profesional, más eficaz será su intervención. Por este motivo, la elaboración de informes y el mantenimiento de registros son fundamentales para la gestión integrada de plagas. Es necesario documentar los signos y avistamientos de plagas, así como los tratamientos realizados y el estado de los cebos y las trampas.
El segundo paso es comprender cómo se comporta en su entorno natural: ¿qué come? ¿Dónde vive? ¿Cuándo se aparean? ¿Cuánto tiempo viven? Estas preguntas ayudarán a determinar qué métodos funcionarán mejor en su situación particular.
Por último, una vez que entienda a qué tipo de insecto se enfrenta y cómo se comporta en su entorno natural, podrá utilizar esta información para desarrollar un plan eficaz para controlarlo en casa o en el trabajo (o en cualquier otro lugar donde pueda causar problemas).
El estado del entorno a controlar es igualmente importante. Evitar que las plagas entren en las instalaciones es la forma más eficaz de gestión integrada de plagas.
Fuente: idcontrol.es
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