Autor: Daniel Herrera
La Asamblea General de las Naciones Unidas designó el año 2021 como el Año Internacional de las Frutas y Verduras (AIFV).
Asegurar la sostenibilidad de los alimentos, reducir su desperdicio y mejorar los hábitos de consumo de las generaciones futuras son los principales objetivos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para los próximos años.
En las últimas décadas, como sociedad hemos observado como el aumento en la demanda de alimentos a nivel global prácticamente se ha duplicado. Una demanda insaciable para un planeta donde las tierras son cada vez menos fértiles debido a la contaminación y a la sobreexplotación de sus suelos.
Paradójicamente, este planeta cada vez menos fértil, sufre también de otro gran problema. El desperdicio descomunal de los alimentos. Una práctica aberrante e incongruente que insulta a las más de 2 000 millones de personas que no tienen acceso regular a alimentos inocuos, nutritivos y suficientes.
América Latina y el Caribe es responsable del 20% de la comida que se pierde a nivel mundial desde la poscosecha hasta el comercio minorista. Según el nuevo informe de la FAO, El estado mundial de la alimentación y la agricultura 2019.
Por todo lo anterior, este 2021 ha sido proclamado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), como el año internacional de las frutas y las verduras.
Una iniciativa que invita a la sociedad global a mejorar sus prácticas productivas, reducir el desperdicio de los alimentos e impulsar el consumo saludable y sostenible de frutas y verduras a través de la innovación y la tecnología. Dos elementos clave que podrían ayudar a mantener la inocuidad y la calidad de los alimentos, incrementando la vida útil de los productos frescos y preservando su alto valor nutricional durante toda la cadena de suministro.
Hasta un 50 % de las frutas y hortalizas producidas en los países en desarrollo se pierde a lo largo de la cadena de suministro, entre la cosecha y el consumo.
En un discurso, el Director General de la FAO - QU Dongyu describió esta iniciativa como “una oportunidad única para sensibilizar a la sociedad a nivel mundial con respecto a la seguridad alimenaria”.
Finalmente, cabe mencionar que la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos podría también ayudar a resolver otras problemáticas. Como por ejemplo mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, disminuir la presión sobre los recursos hídricos y de la tierra e incrementar la productividad y el crecimiento económico.
Fuente: www.fao.org
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