Autor: Portal The Food Tech
Los alérgenos alimentarios son sustancias presentes en los alimentos que pueden desencadenar una respuesta inmunológica en algunas personas. Estas reacciones son resultado de la interacción entre el sistema inmunológico y ciertas proteínas presentes en los alimentos.
Los síntomas pueden variar desde leves a graves e incluyen erupciones cutáneas, dificultad para respirar, vómitos e incluso anafilaxia.
En situaciones graves, los alérgenos alimentarios pueden desencadenar una reacción anafiláctica; pudiendo afectar a múltiples sistemas del cuerpo, poniendo en peligro de muerte la vida de la persona afectada.
En los últimos años, los alérgenos alimentarios despertaron un gran interés en quienes trabajan a diario con las principales materias primas de origen vegetal y animal, como: carnes, pescados, frutas, verduras, etcétera.
Los alérgenos que incluyen estos productos pueden ser potencialmente mortales, lo cual resalta la importancia de adquirir conocimientos sobre ellos para evitar problemas en clientes que ciertos alimentos les puedan provocar una reacción alérgica.
De acuerdo con un análisis de Global STD una alergia alimentaria es una respuesta anormal del cuerpo a ciertas proteínas alimentarias las cuales, a diferencia de la intolerancia, provocan una respuesta del sistema inmunológico.
Las alergias a los alimentos se clasifican según su mecanismo de inmunidad:
La Organización Mundial de la Salud estima que a nivel mundial entre 220 y 520 millones de personas sufren de alergia a los alimentos. Mientras que la prevalencia estimada de las alergias alimentarias es del 1% al 3% en los adultos, y del 4% al 6% en los niños.
Por lo cual es necesario mejorar la identificación de alimentos responsables de alergias (conocidos como alérgenos) y aumentar las opciones de alimentos sustitutos, así como reformar la legislación sobre el etiquetado de alimentos.
El Comité sobre Etiquetado de los Alimentos de la Comisión del Codex Alimentarius recomienda que se declare siempre la presencia de estos alimentos y sus derivados. Y que las organizaciones mantengan una correcta gestión de alérgenos en sus instalaciones.
Las prácticas de gestión de alérgenos deberían formar parte de las Buenas Prácticas de Higiene (BPH), así como en los sistemas de análisis de peligros y puntos críticos de control (HACCP), en la producción, venta al por menor y servicios de alimentación.
Encontrado en la leche y derivados como la mantequilla, queso, nata, leche en polvo, yogures, y otros productos, se encuentra también en alimentos glaseados con leche, sopas en polvo, salsas y demás.
Se puede encontrar en tartas, algunos productos cárnicos, mayonesa, mousses, pastas, quiches, platos preparados, salsas y alimentos decorados con huevo, entre otros.
Se encuentra en salsas de pescado, pizzas, aliños para ensaladas, cubos de sopa, por mencionar algunos.
Incluye cangrejos, langostas, gambas, langostinos, carabineros, cigalas, entre otros. También se encuentran en cremas, salsas, platos preparados y otros alimentos.
Son almendras, avellanas, nueces, anacardos, pecanas, nueces de Brasil, de macadamia y otras. Además, se puede encontrar en panes, galletas, postres, helados, mazapán, salsas o aceites de nueces, entre otros.
Están presentes en bizcochos, pasteles, curry, y salsas. Se puede encontrar en aceite y harina de cacahuate.
Esto incluye trigo, centeno, cebada y avena. Puede ser encontrado en alimentos que contengan harina, como polvo para hornear, masa, alimentos empanizados, pan, pasteles, cuscús, productos de carne, pasta, salsas, sopas y alimentos espolvoreados con harina.
Está en el tofú, frijoles de edamame, pasta de miso, proteína de soya texturizada y harina de soya o tofu. Con frecuencia es usado en algunos postres, helados, productos de carne, salsas y productos vegetarianos.
Fuente: thefoodtech.com
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