Manejo integrado de plagas urbanas en la industria alimentaria en el marco de la pandemia de COVID-19
Autor: Insecticidas y Rodenticidas del Perú SAC

Como Charles Darwin describe con amplitud en su libro El Origen de las Especies, todos los seres vivientes nos encontramos en rigurosa competencia, a partir de la llamada lucha por la existencia, poniendo a prueba la eficacia biológica que incluye la obtención de recursos limitados necesarios para sobrevivir, encontrar una pareja y producir descendientes, dejando genes en la siguiente generación para la perpetuación de la especie.
Dotadas por la naturaleza de habilidades para sobrevivir como una eficiente estrategia reproductiva, en algunos casos formas de organización grupal, mecanismos de comunicación diversos, entre otros, las plagas buscan permanente alimento, agua y refugio, siendo recursos limitados que definen, junto con otros factores, su distribución y abundancia.
Una serie de elementos vinculados al ofrecimiento de esos recursos favorecen la presencia de plagas, por lo que es fundamental que un programa de manejo integrado de plagas urbanas, además del uso de plaguicidas y elementos de control no químico, incluya fundamentalmente:
- La identificación sistemática y periódica de rutas de acceso para eliminar las fallas en la infraestructura que las originan, con un enfoque de hermeticidad. El uso de dispositivos de monitoreo debe advertir una incipiente y nueva infestación mucho más fácil de controlar.
- El registro de ofrecimientos de alimento y agua para gestionarlos a partir del fortalecimiento del saneamiento y limpieza.
En ese orden de ideas el concepto de diseño y mantenimiento sanitario, incluido en normas de inocuidad alimentaria, cobra vital importancia, en la medida que busca mantener ambientes que contribuyan a la gestión de riesgos de contaminación incluyendo aquellos vinculados a la presencia de plagas, a partir del diseño, materiales, construcción/modificación, acabados y equipos adecuados para la industria alimentaria.
Roedores sinantrópicos
En el caso de roedores sinantrópicos resulta relevante señalar que cuentan con una estructura sensorial que les permite obtener información del medio que las rodea. Gracias a ello tiene la capacidad de localizar alimento, agua y refugio, desarrollar conductas sociales y sexuales, así como explorar su espacio vital para detectar oportunidades y potenciales amenazas.
De visión limitada, tiene muy desarrollado el sentido del gusto con un sofisticado aprendizaje aversivo – gustativo para evitar ingerir sustancias tóxicas, tienen un sentido del olfato muy avanzado, un órgano vomeronasal que es estimulado por feromonas y una audición que incluye ondas de ente 20,000 y 90,000 KHz. El sistema háptico está vinculada a los pelos sensoriales o vibrisas que permiten la discriminación entre diversas texturas, la construcción de asociaciones entre texturas específicas y eventos aversivos o atractivos y determinan el patrón de comportamiento llamado tigmotaxia o desplazamiento próximo a superficies verticales.
En cuanto a su comportamiento la exploración está destinada a reducir la deficiencia o carencia de información sobre el entorno, disminuyendo a partir de la habituación. Como patrón de comportamiento defensivo surge la neofobia que supone evitar cualquier olor o sabor desconocido hasta que la experiencia señale que su consumo es beneficioso, así como la aversión alimentaria relacionada a evitar sustancias causantes de episodios gastrointestinales no placenteros. El comportamiento social favorece la obtención de alimento, permite el aprendizaje y comportamiento imitativo, reduce la competencia intraespecífica y contribuye a la eficacia biológica de la que ya se habló al inicio del artículo. Son consumidores generalistas y oportunistas de alimentos en función de la disponibilidad ambiental y su capacidad para convertirse en predadoras y carroñeras les permitió la sinantropía.
Respecto de la diversidad de herramienta de control es necesario señalar a los raticidas anticoagulantes como la mejor alternativa, los que deben ser empleados en exteriores, siempre en cebaderos industriales con llave y fijados a las superficies. Los dos atributos de mayor importancia del raticida de elección son la atractibilidad (estímulo del olfato) y palatabilidad (estímulo del gusto) vinculados a la diversidad y calidad de los ingredientes alimenticios que se emplearon en la formulación. Es necesario considerar también las condiciones ambientales a las que el producto será sometido incluyendo temperatura y humedad relativa, así como la competencia alimenticia del entorno. Otras herramientas como el uso de trampas de atrape vivo, trampas de golpe y trampas de pegamento todas ellas con atrayente alimenticio sintético (para evitar infestaciones colaterales) constituyen una buena opción para lugares sensibles al uso de raticida químico.
Moscas
Estos insectos dípteros de metamorfosis completa tienen relevancia sanitaria a partir de su capacidad para transmitir patógenos a través de la regurgitación, excreción o transportando gérmenes en pelos o cerdas del cuerpo. La temperatura, la humedad relativa y la disponibilidad de alimento, están directamente relacionados a la abundancia. Las hembras oviponen en lugares con materia orgánica en descomposición como fuente nutricional para las larvas. Los huevos eclosionan para dar lugar a las larvas que pasan por 3 estadíos para luego empupar y de allí emerger el nuevo adulto. Las hembras pueden colocar entre 5 y 6 lotes de entre 75 y 100 huevos cada uno.
El control pasa necesariamente por el fortalecimiento e intensificación de la limpieza para eliminar fuentes de alimento que las atraen.
El uso de elementos de control no tóxico en áreas sensibles al uso de plaguicidas es fundamental. Las trampas de luz UV-A deben emplearse considerando que no deben ser instaladas en lugares en los que compitan con la radiación UV del sol, así mismo se debe valorar la altura de vuelo del insecto diana para su instalación, cuando se trate de moscas nunca por encima de los 2 m de altura y la capacidad de protección, es decir debe contemplarse 55 m2 por cada fluorescente de 15 watts. Las trampas pegantes amarillas fabricadas con polibuteno, las trampas de atrape vivo de cono invertido con atrayente alimenticio y otras similares complementan el control.
En cuanto al uso de plaguicidas químicos los cebos mosquicidas con atrayente alimenticio y sexual (feromona Z-9 tricoseno) son un instrumento fundamental para exteriores al igual que los insecticidas residuales o de persistencia letal (Polvo mojables, suspensiones concentradas y capsulas en suspensión) que pueden ser empleados en lugares donde reposan los insectos. Los insecticidas de efecto inmediato aplicados a partir de una nebulización en frío o termonebulización pueden resolver momentáneamente el problema.
El abordaje integral y certero de la infestación por moscas debe considerar necesariamente la identificación de criaderos de estadíos inmaduros y el uso de larvicidas o reguladores de crecimiento.
Cucarachas
Son insectos pertenecientes al orden Blattodea de metamorfosis incompleta pasando sólo por 3 estadíos, huevo, ninfa y adulto. Son gregarias aun cuando no tiene estructura social y su agrupación está vinculada a hormonas de agregación. Su cuerpo dorsoventralmente aplanado les permite refugiarse en grietas y aberturas pequeñas. Los huevos son puestos en unas cápsulas colectivas denominadas ootecas que les brindan protección y pueden contener entre 30 y 40 huevos. Prefieren lugares oscuros, cálidos y húmedos para vivir.
Su presencia está vinculada a deficiencias en la limpieza y como consecuencia de ello ofrecimiento de alimentos por lo que el control debe incluir necesariamente el fortalecimiento del saneamiento y la limpieza. El uso de aspiradoras industriales permite la succión mecánica de ootecas, ninfas y adultos de escondrijos y refugios.
Existen herramientas de control no químico para cucarachas como trampas pegantes con polibuteno y atrayentes alimenticios. El control térmico a partir del uso de equipos de frío que producen niebla carbónica de -50°C y otros que generar calor también pueden servir.
En cuanto al control químico el uso de geles cucarachicidas de buena apetencia resulta muy conveniente. Algunos especialistas señalan la necesidad de usar más de un gel al mismo tiempo, brindándole más opciones de alimento con plaguicidas al insecto blanco. Es conveniente que la aplicación de gel se haga después de una limpieza profunda para eliminar alimento alternativo. El uso de reguladores de crecimiento también está descrito para ser implementado en un programa integral. Adicionalmente es posible en algunas circunstancias utilizar ácido bórico y tierra de diatomeas con espolvoreadores como complemento.
En resumen, el ejercicio crítico, analítico e interpretativo de los factores que favorecen la presencia de plagas en una instalación y su gestión incluyendo fundamentalmente limitar el acceso a los recursos esenciales para la supervivencia es la tarea principal de un programa de MIPU bien estructurado. Complementariamente el uso de herramientas de control físico y químico deben contribuir a la gestión de las plagas.
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