Autor: Ciptech
Una creciente demanda por parte de los consumidores y los profesionales referentes al mundo de la alimentación, hotelería y catering prefieren productos de alta calidad organoléptica, saludable, seguros y que presenten facilidad de consumo o preparación, donde un plato total o parcialmente preparado es una de las mejores opciones.
La seguridad microbiológica de dichos productos alimenticios se basa en combinaciones de tratamientos térmicos, de pasteurización y envasados generalmente al vacío, siendo muy importante mantener las temperaturas de refrigeración, durante el almacenamiento y la distribución. Se trata entonces de productos vegetales que sin sufrir modificaciones en aspecto, sabor y nutricionales aumentan su funcionalidad y facilidad de uso.
Si hablamos de productos hortofrutícolas frescos, estos tienen también importantes implicaciones desde un punto de vista tecnológico: un vegetal fresco respira, consume oxígeno, produce anhídrido carbónico y etileno; el pelado y el cortado aumentan el metabolismo y aceleran la velocidad de respiración, con repercusiones en la consistencia, el color y el aroma.
Estos productos mínimamente procesados, contrariamente a las otras técnicas de transformación, promueven un aumento de la perecibilidad del alimento.
El impulso principal en el cambio del estilo de vida de los consumidores es que disponemos de menos tiempo para preparar comidas, incrementando la demanda de productos fáciles de preparar, rápidos y listos para consumir. En definitiva, este tipo de producto se adapta a un ritmo de vida cada vez más ocupado.
Las comidas envasadas tipo snacks han tomado un papel prioritario al momento de elegir entre otros tipos de comida al traernos mayor comodidad y contrarrestar los factores que se presentan en esta nueva época como los cambios en el estilo de vida de los consumidores, incorporación de la mujer al mundo laboral, el tamaño de las familias, los niveles de renta, el aumento de la esperanza de vida, la mayor dedicación de tiempo a la vida laboral y el manejo de diferentes horarios de trabajo entre miembros de la familia.
Todo ello ha ido disminuyendo gradualmente la comida familiar tradicional, dando paso a la búsqueda de soluciones alimenticias individuales.
Existen claras evidencias de la necesidad de los “productos monodosis” por parte del consumidor. Por otro lado, los expertos destacan que cuanto mayor sea el incremento de esperanza de vida en edades avanzadas, mayor será la preocupación por la calidad de vida y por mantener una buena salud.
Por ello, la demanda de productos congelados, deshidratados o esterilizados cada vez se desplaza más hacia el consumo de productos preparados refrigerados, creyendo que estos son productos más sanos y de mayor calidad.
Las nuevas necesidades de los consumidores ya poco tienen que ver con la básica para el organismo que es alimentarse para vivir, y más en otros aspectos relacionados con la nutrición, la preocupación por la salud y el bienestar, o relacionados con la practicidad, la imagen personal o la diversión.
Varias tendencias surgen y se están incorporando en el lanzamiento al mercado de nuevos productos, relacionadas básicamente con las principales características que los definen, es decir, comodidad, practicidad y facilidad de un producto “listo para tomar”, empleando dentro del sector nuevos modos de operar antes inexistentes, como la denominada “cocina de ensamblaje”, basada en el concepto de preparar platos a partir de productos con algún grado de elaboración que son combinados según una receta, con o sin cocción.
Se reducen las necesidades de profesionales especializados, lo que conlleva a minimizar costos salariales. Por otro lado, la manipulación de alimentos es mínima, de fácil aprendizaje y gran reducción de desperdicios y mermas; además, los requerimientos en equipos son menores dando lugar a cocinas más sencillas y con menor inversión inicial. Por último, se tiene la garantía de ofrecer productos de calidad estable y con una mayor seguridad higiénica sanitaria.
Los centros de investigación disponen de una amplia experiencia en el desarrollo de esta tipología de productos, de manera que son capaces de proporcionar asistencia integral en su desarrollo, favoreciendo la garantía de éxito en lanzamientos comerciales.
La asistencia abarca, desde las características y evaluación de la aptitud tecnológica de las materias primas, identificación de recetas, selección de ingredientes, ajuste de los tratamientos de higienización, tratamientos térmicos, detección de factores contaminantes, envase y codificación de cada producto, cada paso importante para alcanzar una correcta caducidad, calidad sensorial y nutricional deseada, selección de los materiales de envasado, y estudios de vida útil microbiológicos y sensoriales, para que en una nueva realidad donde nos damos cuenta que el tiempo no para, nos adaptemos cada vez mejor encontrando nuevos hábitos que nos lleven a contribuir nuestro balance de vida.
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