Autor: Revista IAlimentos
La reducción del consumo azúcar no solo se volvió un asunto de moda hacia un concepto fitness, sino una obligación por parte de los Gobiernos para la salud pública y reducir los niveles de obesidad a nivel mundial, a través de medidas como el etiquetado frontal.
Las tendencias de consumo y este tipo de políticas impulsaron la compra de sustitutos de azúcar, tanto edulcorantes naturales como artificiales. Entre ellos, la stevia, la sucralosa, la sacarina y la alulosa, la cual tiene grandes propiedades para la salud y su uso en alimentos.
La alulosa es un tipo de azúcar raro y naturalmente presente en pequeñas cantidades en ciertos alimentos, como el maíz, la piña y el arce. También se puede producir de forma sintética a partir de la glucosa mediante procesos enzimáticos.
La alulosa tiene un sabor dulce similar al azúcar de mesa, pero contiene aproximadamente un 90% menos de calorías. Además, a diferencia de otros edulcorantes bajos en calorías, como el aspartamo o la sucralosa, la alulosa se comporta como el azúcar en la cocina, es decir, se carameliza, se dora y cristaliza, lo que la hace ideal para usar en la elaboración de postres y productos horneados.
Esta alternativa es segura para consumir y se ha demostrado que tiene beneficios para la salud, como reducir los niveles de azúcar en la sangre y mejorar la función hepática en personas con diabetes y obesidad. Sin embargo, como cualquier edulcorante, debe consumirse con moderación como parte de una dieta equilibrada.
En términos de contenido calórico, la alulosa es más saludable que el azúcar convencional, ya que contiene menos calorías. Además, la alulosa tiene un índice glucémico bajo, lo que significa que no eleva los niveles de azúcar en la sangre de manera significativa, lo que la hace una opción segura para personas con diabetes.
Si se utiliza un edulcorante para alimentos y bebidas, la alulosa puede ser una opción más saludable que el azúcar convencional, pero es importante consumirla con moderación como parte de una dieta equilibrada y variada.
“Desde el punto de vista nutricional, la alulosa ofrece beneficios únicos porque no se metaboliza: es absorbida por el intestino delgado y entonces excretada en la orina sin sufrir metabolización. Como consecuencia, la glucosa y el nivel de insulina en la sangre no se elevan y diabéticos la pueden consumir al igual que otros públicos”, afirmó Renata Cassar, gerente de Nutrición para LATAM en Tate & Lyle, reconocida empresa proveedora global de ingredientes y soluciones para los mercados de alimentos y bebidas.
La compañía ofrece diferentes alternativas a la azúcar convencional que pueden ayudar a reducir calorías en los productos alimenticios y por ende la ingesta total de energía.
Entre las alternativas con mayor eficiencia comparada para dar un sabor dulce a los alimentos y bebidas se destaca la alulosa, la cual cuenta con una serie de beneficios como:
La alulosa también se destaca por su versatilidad para ser empleada en diferentes aplicaciones, “como productos lácteos en general, incluidos el yogurt, helados, bebidas saborizadas, panificación, confitería, tabletop y aderezos, sin sacrificar el sabor o la textura”, destacó Cassar.
Estos son algunos de los usos de la alulosa en diferentes segmentos del sector alimentario:
Este ingrediente es una de las soluciones más llamativas, pues, además, trabaja muy bien y en sinergia con otros edulcorantes, logrando mezclas que permiten alcanzar un dulzor óptimo, convirtiéndose en su aliado en procesos de reformulación.
Fuente: revistaialimentos.com
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