Autor: Diario La República
El 28 de diciembre del 2022, el Colegio de Nutricionistas del Perú (CNP) envió una carta al Ministerio de Salud (Minsa) exhortando a la entidad a no ampliar la vigencia del uso de octógonos adhesivos en los alimentos procesados, pues, conforme a la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable para Niños y Niñas y Adolescentes (Ley 30021), estos deben estar impresos en los empaques.
Sin embargo, el Gobierno de Dina Boluarte hizo oídos sordos a dicho llamado, tal como se ha hecho desde el régimen de Martín Vizcarra. Así es que por cuarta vez, el 31 de diciembre, se amplió su vigencia hasta junio del 2023.
Mientras que desde el Congreso de la República se busca que el uso de los adhesivos sea permanente, de acuerdo al proyecto de ley (3933) presentado por la congresista María del Carmen Alva (Acción Popular) el lunes 9 de enero, y que solo un día después ingresó a la Comisión de Defensa del Consumidor.
El PL 3933 plantea modificar el artículo 10 de la Ley 30021 con la finalidad de que se permita que los productos importados, y de las micro y pequeñas empresas, utilicen adhesivos de “difícil remoción”.
Para el exministro de Salud Víctor Zamora, este ha sido el objetivo principal de la industria desde siempre, “primero que no se aplique la norma para ellos”, y luego han logrado a través del “convencimiento, del lobby y de varias fórmulas, prevalecer su posición”, que es seguir usando los adhesivos.
“Por la salvaguarda de una política pública que tanto bien le hace a la salud y para proteger la función del Gobierno, esta norma debería ser implementada en toda su extensión”, anotó.
Especialistas consultados por La República coinciden en que el Gobierno no puede seguir cediendo ante los intereses de la industria, ya que en el fondo buscan que el uso de stickers sea una medida permanente, lo que pone en riesgo la salud de la población.
“La evidencia de primer nivel ha demostrado la relación directa del consumo de nutrientes críticos (sal, sodio y grasas saturadas) con el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión arterial e infartos coronarios”, explica la Dra. Saby Mauricio.
Además, Mauricio recuerda que toda persona tiene derecho a acceder a la información adecuada y en el momento preciso, mientras que los adhesivos son colocados muchas veces en los puestos de venta, con lo que se traslada la responsabilidad al vendedor y no al fabricante, quien debió incorporarla como parte de la información nutricional.
Por su parte, la decana del CNP, Maritza Zela, señala que la probabilidad de que un producto contravenga la normativa es 18 veces mayor cuando se incluyen las advertencias en forma de adhesivos, comparado con los casos en que se utilizan advertencias impresas.
“Continuar (desplazando) el uso de advertencias publicitarias de manera indeleble en los productos afecta al consumidor, y la salud pública del país está en riesgo”, alertó.
La norma permite que los productos con menos de 50 cm² de área no lleven las advertencias; sin embargo, en países como México y Chile, productos más pequeños como chicles y caramelos llevan los octógonos, lo cual es su punto débil ya que las empresas han sacado versiones mini para evitar su uso.
“Esa fue una concesión a pedido de la industria que rápidamente adecuó a tamaños menores [sus productos] con el fin de evitar colocar la advertencia, y esa es una forma de sacarle la vuelta a la norma,” señaló a La República el exministro de Salud Óscar Ugarte.
La decana del CNP señaló al respecto que toda norma es perfectible y se deben hacer los ajustes en favor de la población.
Fuente: larepublica.pe
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