Plástico reciclado en envases alimentarios: clave para la economía circular
Autor: Yanithza Mendoza Alvarado - Equipo Industria Alimentaria
La combinación de reciclaje mecánico y químico impulsa el uso de plásticos reciclados en contacto con alimentos, mientras organismos internacionales y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) endurecen los requisitos para garantizar la inocuidad y la calidad del material.
El plástico reciclado se ha convertido en un insumo estratégico para la industria alimentaria en medio del avance global hacia la economía circular. Este material, generado a partir de residuos que ya cumplieron su ciclo de uso, contribuye a reducir la dependencia de polímeros vírgenes y a disminuir el impacto ambiental. Su importancia crece también por regulaciones más estrictas y por la fuerte demanda internacional de materiales reciclados de alta pureza aptos para el contacto directo con alimentos.
Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), los plásticos reciclados pueden proceder de residuos posconsumo o post-consumer recycled (PCR) y de residuos posindustriales o post-industrial recycled (PIR). Cada uno ofrece diferentes niveles de disponibilidad y contaminación. Tras su recuperación, los materiales se clasifican en remolido, regranulado o regenerado, distinciones que determinan su calidad final y su adecuación para procesos de transformación orientados a envases alimentarios.
En el ámbito de las tecnologías de reciclaje, el reciclado mecánico continúa siendo la ruta dominante por su menor costo y complejidad, aunque enfrenta limitaciones, como la pérdida de propiedades con cada ciclo y la dificultad para procesar residuos mezclados. Paralelamente, el reciclaje químico avanza con fuerza gracias a su capacidad para descomponer polímeros y generar materiales equivalentes al plástico virgen. Procesos como la pirólisis, la solvólisis o la disolución permiten valorizar residuos complejos y obtener insumos aptos para aplicaciones de alta exigencia sanitaria.
El uso de estos materiales en envases destinados al contacto con alimentos está sujeto a normativas estrictas. En el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), así como en la Unión Europea y Estados Unidos, se establecen criterios que determinan qué materiales y tecnologías pueden emplearse para garantizar la seguridad del consumidor. Entre los plásticos reciclados más utilizados destacan el tereftalato de polietileno reciclado (rPET) y el polietileno de alta densidad reciclado (rHDPE), ambos presentes en botellas, bandejas y envases rígidos. No obstante, su aplicación sigue enfrentando desafíos relacionados con contaminación cruzada, trazabilidad y consistencia del material recuperado.
La incorporación de plástico reciclado en envases alimentarios representa un paso crucial hacia una industria más sostenible. Sin embargo, persisten retos técnicos, normativos y logísticos que exigen mejoras constantes en los procesos de reciclaje y en la calidad del material recuperado. Superar estos desafíos será esencial para consolidar un modelo circular capaz de garantizar seguridad alimentaria, eficiencia productiva y un menor impacto ambiental en toda la cadena de valor.
FUENTE: The FoodTech







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