Autor: Noticias de la Ciencia y la Tecnología
Las dietas con alto contenido en proteína han sido recomendadas tanto para el control de peso en la población general, como para el control de la glucosa en sangre en pacientes diabéticos. Aunque, los beneficios y riesgos de este tipo de dietas no se han explorado en profundidad. La evidencia actual respalda la idea de que el riesgo de enfermedades cardiovasculares puede reducirse al adherirse a un patrón dietético rico en fuentes vegetales de proteínas en comparación con la dieta occidental típica que incluye una alta ingesta de alimentos con proteínas de origen animal, que están procesados y tienen un alto contenido de grasas saturadas. Se desconoce con exactitud el impacto de la fuente animal o vegetal de proteína en la salud.
Hoy en día, la excreción urinaria de nitrógeno se usa como biomarcador del consumo de proteína total. Sin embargo, no existe ningún biomarcador que permita discernir entre consumo de proteína animal o vegetal.
Utilizando muestras de sangre de 1833 participantes del estudio PREDIMED se cuantificaron 385 metabolitos en sangre. A partir de algoritmos de inteligencia artificial se pudieron delimitar las huellas metabolómicas (conjunto de metabolitos) de consumo de proteína total, animal y vegetal. En base a estos resultados, este estudio epidemiológico puede ayudar a esclarecer las respuestas metabólicas a la ingesta de proteínas para explicar los posibles beneficios para la salud de las proteínas según sean de origen animal o vegetal. Los resultados de este estudio acaban de ser publicados en la revista científica Molecular Nutrition & Food Research.
El estudio coordinado por la Unidad de Nutrición Humana de la URV-IISPV del Departamento de Bioquímica y Biotecnología de la URV, es parte de un proyecto del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH en inglés), en el que colaboran además la Universidad de Navarra, la Universidad de Harvard, el Broad Institute de EE. UU. y el resto de consorcio PREDIMED. Esta investigación ha sido realizada por Pablo Hernández-Alonso, colaborador de la Unidad de Nutrición de la URV e investigador postdoctoral del Grupo de Endocrinología Celular y Molecular del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA-FIMABIS); Nerea Becerra-Tomás, colaboradora de la Unidad de Nutrición e investigadora del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Valencia; y el catedrático Jordi Salas-Salvadó, Director de la Unidad de Nutrición Humana de la Universidad Rovira i Virgili, Director Clínico de Nutrición en el Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario de Sant Joan en Reus e investigador principal del Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn). Todos miembros del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili.
Fuente: Noticias de la Ciencia y la Tecnología, 04 de junio de 2020
No hay comentarios sobre este contenido. ¡Publique el primero!
[Publicidad]