Autor: Noemi Vidal
El escenario alimentario futuro marcado por la Comisión Europea es claro, debemos conseguir un equilibrio con la naturaleza y la biodiversidad en aras de proteger la salud y el bienestar de los consumidores. Dentro de sector farmacéutico y cosmético sucede algo similar, lo que lleva a la industria a buscar nuevas estrategias para obtener compuestos de naturaleza proteica por vías alternativas a las convencionales.
La proteína microbiana o Single Cell Protein (SCP) es la proteína obtenida a partir de la biomasa de organismos unicelulares como bacterias, hongos, levaduras y microalgas. También pueden ser obtenidas a partir de otros macroorganismos multicelulares como hongos filamentosos o como las algas filamentosas. Para la obtención a partir de procesos biotecnológicos, los microorganismos son alimentados con distintas fuentes de carbono y nitrógeno, y estos los transforman en proteínas con propiedades estructurales y funcionales.
Como hemos comentado en el punto anterior, muchas proteínas se pueden extraer directamente a partir de materias primas, en este sentido, las herramientas de ingeniería genética disponibles permiten producir estas proteínas en grandes cantidades y en la plataforma de expresión deseada (células vegetales, levaduras, bacteria).
Cabe recordar que la ingeniería genética es la disciplina basada en la manipulación directa del material genético de los organismos mediante técnicas de biología molecular.
Por otra parte, la ingeniería genética nos permite diseñar proteínas nuevas, modificar la estructura de las existentes y llevar a cabo una aproximación personaliza según las diversas especificaciones tras un cuidadoso diseño previo.
Dado el creciente interés de los consumidores por su salud, en búsqueda de productos que potencien el sistema inmunológico o que les aporten una mejor calidad de vida, la industria se apresura en el desarrollo de productos con ciertas funcionalidades que satisfagan al consumidor.
Las proteínas, más allá de la función biológica que desempeñan en el organismo en el que son producidas, pueden contener, “encriptados” en su secuencia primaria, péptidos bioactivos o funcionales. Estos péptidos pueden desempeñar funcionales muy diversas, como antioxidantes, antihipertensivas o inmunomoduladoras cuando son aislados del conjunto global que forma la proteína.
Las herramientas proteómicas permiten en primer lugar identificar las proteínas presentes en una matriz determinada, caracterizar y cuantificar los péptidos identificando así aquellos con potencial bioactivo; y, por último, determinar qué procesos son los más adecuados para la liberación o extracción de los péptidos de mayor interés por la funcionalidad que pueden aportar
Fuente: aina.es
Comentado por Cialis el 07/09/2021:
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