Autor: Revista internacional de nutrición conductual y actividad física
El bajo consumo de frutas y verduras es un factor de riesgo modificable que está contribuyendo al aumento de la carga internacional de enfermedades no transmisibles. En 2017, 3,9 millones de muertes en todo el mundo se atribuyeron a una ingesta inadecuada de frutas y verduras. La ingesta adecuada de frutas y verduras reduce el riesgo de una variedad de enfermedades crónicas, como hipertensión, enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular y diabetes tipo 2. Las propiedades promotoras de la salud de las frutas y verduras se pueden atribuir a sus concentraciones de compuestos bioactivos, que incluyen vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra. La concentración de estos compuestos puede diferir entre frutas y verduras, ya que las frutas suelen contener más azúcares en la dieta y las verduras más proteínas y fibra. Aunque ciertos tipos de frutas o verduras pueden ser particularmente beneficiosos para determinados resultados de salud, por ejemplo, las verduras crucíferas pueden reducir el riesgo de una serie de cánceres específicos, se recomienda la ingesta de frutas y verduras para promover una buena salud.
El objetivo general fue examinar la eficacia de las estrategias de intervención para promover el consumo de frutas y verduras. Para ello, se sintetizó la evidencia de la revisión sistemática sobre los efectos de las estrategias de intervención; organizado, en su caso, por el entorno en el que se implementaron las estrategias. Además, buscamos describir las lagunas en la revisión de la evidencia; es decir, donde la evidencia sobre la efectividad de las acciones de política recomendadas no se había sintetizado sistemáticamente.
Los efectos de 32 estrategias de intervención se sintetizaron a partir de las 19 revisiones incluidas. Las estrategias se mapearon en los tres amplios dominios del marco NUTRITIVO (es decir, el entorno alimentario, el sistema alimentario y la comunicación para el cambio de comportamiento), pero cubrieron solo 14 de las 65 subpolíticas del marco. Hubo evidencia que apoya la efectividad de 19 de las 32 estrategias de intervención. Los hallazgos de la revisión general sugieren que las estrategias de intervención implementadas en las escuelas, los servicios de cuidado infantil, los hogares, los lugares de trabajo y la atención primaria pueden ser efectivas, al igual que las estrategias de salud, las campañas en los medios de comunicación, las estrategias de producción de alimentos en el hogar y las intervenciones fiscales.
Incorporar las frutas y verduras a la dieta diaria puede reducir el riesgo de algunas enfermedades no transmisibles, como las cardiopatías y determinados tipos de cáncer. También existen algunos datos que indican que cuando se consumen como parte de una dieta saludable baja en grasas, azúcares y sal (o sodio), las frutas y verduras también pueden contribuir a prevenir el aumento de peso y reducir el riesgo de obesidad, un factor de riesgo independiente de las enfermedades no transmisibles.
Además, las frutas y las verduras son una fuente rica de vitaminas y minerales, fibra alimentaria y todo un cúmulo de sustancias no nutrientes beneficiosas, como fitoesteroles, flavonoides y otros antioxidantes. El consumo variado de frutas y verduras ayuda a asegurar una ingesta adecuada de muchos de esos nutrientes esenciales.
Fuente: ijbnpa.biomedcentral.com
Comentado por dyetteHew el 08/09/2021:
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