Expeller de soja: el subproducto que revoluciona la cadena alimentaria
Autor: Yanithza Mendoza Alvarado - Equipo Industria Alimentaria
Con alto contenido proteico y procesos mecánicos más seguros, este insumo se posiciona como pieza estratégica en la producción de alimentos funcionales y balanceados a escala global.
Detrás de cada alimento balanceado y de muchos productos que llegan al plato de los consumidores, se esconde un protagonista cada vez más relevante: el expeller de soja. Este subproducto, obtenido mediante procesos mecánicos de extrusión y prensado del grano, ha pasado de ser un simple residuo industrial a convertirse en un pilar estratégico para la producción animal y, más recientemente, en un insumo valioso para la industria alimentaria global.
En todo el mundo, cientos de plantas procesadoras, muchas de ellas pequeñas y medianas empresas, se dedican a transformar la soja en expeller. Su calidad impacta directamente en la eficiencia de la producción de carne, leche y huevos, pero también empieza a definir el perfil nutricional de nuevos productos destinados al consumo humano. Expertos del sector remarcan la importancia de preservar la calidad del grano desde el origen y aplicar tecnologías que permitan garantizar un producto final con alto valor proteico y energético.
El expeller de soja se destaca por ser un concentrado proteico con entre 42 % y 47 % de proteína en base seca y un contenido de grasa natural que aporta entre 5 % y 8 %, características que lo convierten en una fuente energética de alta calidad. A diferencia de la harina de soja extraída con solventes químicos, este método puramente mecánico no deja residuos tóxicos, lo que mejora el perfil de inocuidad del aceite y del propio expeller, un atributo cada vez más valorado por la industria alimentaria y los mercados internacionales.
El avance de tecnologías como la espectroscopía NIRS permite realizar controles en tiempo real sobre los niveles de proteína y grasa, sin interrumpir la producción. Además, el manejo preciso de temperaturas durante el proceso asegura la conservación de aminoácidos esenciales y minimiza el daño a las proteínas, lo que se traduce en mayor eficiencia tanto en alimentación animal como en aplicaciones alimentarias. Todo esto posiciona al expeller como un insumo con gran proyección para el desarrollo de proteínas vegetales texturizadas, un mercado en pleno auge.
En un contexto global donde la demanda de fuentes proteicas sostenibles y seguras no deja de crecer, el expeller de soja emerge como un actor estratégico en la industria alimentaria. Su perfil nutricional, su inocuidad y su versatilidad lo convierten en un componente ideal para nuevas formulaciones que combinan valor nutricional con procesos responsables. Cuidar su calidad no solo es clave para la producción animal, sino también para responder a las exigencias del consumidor moderno y abrir nuevas oportunidades en el mercado de alimentos de base vegetal.
FUENTE: Infobae









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