Autor: Ing. María Fernanda Quirola Molina - Gerente General Agrorum S.A.
“¿Es o no es leche?” un reportaje publicado por la BBC en el 2017 abrió la controversia sobre un producto peruano, pero no fue el único, “Insisten en que se está usando suero por leche” denunciaban los productores de leche ecuatorianos en el 2018, “Mucha de la leche que se consume no es 100% leche”, lo anunció un reportaje de investigación de un reconocido medio de difusión de Colombia en 2021. “Nueva etiqueta para mejorar la confianza del consumidor en los productos lácteos A2” hizo mención una revista de lácteos en el 2021. Y así podremos encontrar en el mundo millones de reportajes controversiales acerca de los productos lácteos, su idoneidad y su composición real.
En los últimos años, muchos pequeños y medianos productores han sufrido una importante disminución en la compra de litros de leche, son algunos los motivos que existen detrás de este fenómeno, sin embargo, se encontró que muchas empresas de productos lácteos utilizan lactosueros para disminuir los costos de la leche que venden y comercializan en diferentes supermercados. El suero lácteo o conocido también como lactosuero es un subproducto líquido que se obtiene como consecuencia de la elaboración del queso, adicionarla a la lecha está prohibido por ley en algunos países.
Muchos nutricionistas coinciden en mencionar a la leche como un alimento completo y el que mejor satisface la necesidad de nutrientes que el cuerpo humano demanda en todas las etapas de la vida, desde la lactancia hasta tercera edad. En la leche y sus derivados, encontramos muchas proteínas (medio litro de leche contiene la misma cantidad de proteínas que 100 g de carne, 100 g de pescado o dos huevos), carbohidratos, variedad de vitaminas (A, D, E y B), minerales indispensables para el organismo (especialmente calcio; medio litro de leche contiene la misma cantidad de calcio que 800 g de nueces, 2 kg de ensalada verde o ½ kg de pan integral) y grasas.
Sin embargo, el mercado nos ofrece una amplia variedad de productos lácteos funcionales según las necesidades de nutrientes que varían entre diferentes personas. Edad, sexo, constitución y tipo de vida pueden ser algunos de los factores que inciden en que determinada persona deba dirigir su consumo a un tipo concreto (especial) de leche. Así tenemos, consumidores con mayor desgaste, mayor necesidad de vitaminas (jóvenes en edad de crecimiento), consumidores intolerantes a la lactosa, personas con especiales problemas de descalcificación y muchas otras. Parece muy apropiado, en este sentido, consumir un producto completo y de consumo diario como portador de nutrientes especiales y requeridos por cada segmento de la población en función de sus necesidades.
La industria de lácteos se encuentra sujeta a frecuentes fraudes y los consumidores se preocupan por los hallazgos de leche fraudulentas, por ello, la industria se enfrenta a una creciente necesidad de demostrar mayor confianza hacia los clientes.
Sin regulaciones y estándares claros para la producción de leche, altos costos de producción y la inestabilidad de precios en el mercado se torna bastante difícil que las empresas busquen soluciones que puedan ayudar a validar la calidad de sus productos. Con estas consideraciones es muy fácil suponer que el producto obtenido resulte no ser leche, pasando a ser una bebida láctea. Esto no quiere decir que sea mejor o peor para el consumidor, lo que si quiere decir es que ya no es leche lo que se está ofreciendo, sino otro producto.
Con este objetivo, es imprescindible que la industria láctea invierta en fomentar la confianza en sus consumidores, y esto solo se consigue con dos pilares fundamentales:
Vigilar el adecuado uso de las denominaciones del producto, así como la adecuada información de ingredientes y la información nutricional que figuran en el etiquetado.
Vigilar el contenido real de dichos productos (ya sea leche o bebida láctea) que utilizan como argumento comercial una formulación especial.
Para lograrlo, es vital contar con un aliado de servicios analíticos con altos estándares y experiencia comprobada en la industria de lácteos. Los programas de control de la calidad, rotulación, control de residuos de medicamentos veterinarios, contaminantes y plaguicidas tienen como objetivo apoyar a la industria a velar por la inocuidad de los alimentos y cumplir con los requerimientos de mercado nacional e internacional en una época en la que existen consumidores mucho más informados, con ideas claras acerca de lo que comen y el efecto para su salud. Es por ello, que existe la necesidad de que las empresas lácteas fortalezcan el consumo de la leche entre los consumidores de todas las edades, a través de la introducción de productos innovadores y con un enfoque fresco, ya que esta nueva generación más activa, y preocupada por la salud reconoce las bondades de la leche, pero necesitan que esta se adapte a sus nuevos estilos de vida para que la industria mantenga el crecimiento en el consumo.
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