Revolución en el envasado: espumas biológicas que combinan innovación y sostenibilidad
Autor: Yanithza Mendoza Alvarado - Equipo Industria Alimentaria
Un nuevo material de envasado hecho con espumas biológicas a base de PEG y polvo de cáscara de granada no solo asegura un control térmico eficiente, sino que también reduce el impacto ambiental, convirtiéndose en una opción competitiva para la industria alimentaria.
En un momento en que la industria alimentaria exige envases sostenibles capaces de proteger tanto la temperatura como la inocuidad del producto, investigadores de Finlandia y España han dado con una solución que combina ciencia y naturaleza. Se trata de un material de envasado a base de espumas biológicas formulado con polietilenglicol (PEG), celulosa y polvo de cáscara de granada (PMP). Esta innovadora combinación no solo asegura una regulación térmica estable, sino que también incorpora antioxidantes y agentes antimicrobianos.
El estudio, realizado bajo la norma ISO 14040/44, incluyó un análisis de ciclo de vida. Los resultados mostraron que esta espuma de origen biológico puede reducir la huella de carbono en un 25 % frente a alternativas derivadas del petróleo como el poliestireno o el poliuretano. Además de su menor impacto ambiental, el material cumple con los estándares técnicos necesarios para productos sensibles a la temperatura, posicionándose como un sustituto viable a paneles aislados al vacío y otros sistemas tradicionales.
La clave para mantener la temperatura está en el uso de polietilenglicol (PEG), un material que puede absorber, guardar y liberar calor para estabilizar el frío durante el transporte. A diferencia de otros materiales similares, el PEG no es tóxico y funciona muy bien en este tipo de envases. Para evitar que se derrame durante los cambios de temperatura, los investigadores lo encapsularon en una base de celulosa, lo que refuerza su estructura y asegura que conserve su capacidad de mantener la temperatura en todo momento.
En paralelo, el desarrollo incorporó protección antimicrobiana mediante la adición de polvo de cáscara de granada, un ingrediente rico en compuestos naturales con eficacia comprobada contra diversas bacterias. Esta integración permite que el envase actúe de forma activa, evitando la proliferación microbiana, prolongando la vida útil y reduciendo la contaminación. El resultado es un material ecológico, biodegradable y multifuncional que combina eficiencia térmica con seguridad alimentaria, pensado para responder a las nuevas exigencias del mercado global.
Este desarrollo no es solo una innovación tecnológica, es una propuesta estratégica para el futuro del envasado alimentario. Al unir sostenibilidad, funcionalidad y seguridad, las espumas biológicas con PEG y PMP ofrecen a la industria una herramienta competitiva frente a las presiones regulatorias, la demanda del consumidor y la necesidad de optimizar la cadena de frío. Quien adopte estas soluciones no solo reducirá su huella de carbono, sino que ganará reputación, eficiencia y alineación con las tendencias que están redefiniendo el sector.
FUENTE: The Food Tech









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