Empaques biodegradables: la transformación que exige la sostenibilidad.
Autor: Valeria Muñoz Espinoza - Equipo Industria Alimentaria
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Las empresas enfrentan la presión de reducir el impacto ambiental de sus operaciones, especialmente en el uso de empaques. Es así como, en este contexto, los materiales biodegradables se han posicionado como una solución innovadora y prometedora. Sin embargo, la transición hacia estos materiales implica más que un cambio de insumos. Requiere una transformación completa en los procesos de producción, cadenas de suministro y hábitos de consumo.
Recordemos que los materiales biodegradables son productos diseñados para descomponerse en componentes naturales como agua, dióxido de carbono y biomasa, mediante la acción de microorganismos. Su implementación busca reducir los residuos plásticos que contaminan ecosistemas terrestres y acuáticos.
La producción de materiales biodegradables suele ser hasta un 50% más costosa que la de plásticos convencionales y esto se debe al uso de materias primas especializadas, como el almidón de maíz, y a los procesos tecnológicos que aún no han alcanzado una escala masiva, De este modo existen varios retos cuando se habla de la implementación de estos envases amigables con el medio ambiente.
Comenzando por la limitada infraestructura de reciclaje y compostaje, pues Latinoamérica enfrenta un déficit significativo en instalaciones capaces de gestionar residuos biodegradables. La falta de políticas públicas y programas de inversión agrava este problema, dificultando el cierre del ciclo de vida de estos materiales.
La educación y percepción del consumidor, también es parte del problema pues muchos consumidores desconocen la forma adecuada de desechar materiales biodegradables, lo que puede generar contaminación cruzada en los sistemas de reciclaje y limitar los beneficios ambientales esperados.
Pasando a ser más específicos y hablar de las barreras técnicas, tenemos los desafíos de características, ya que los materiales biodegradables deben competir con los plásticos tradicionales en términos de, primero durabilidad, pues deben garantizar la protección del producto durante el transporte y almacenamiento y propiedades de barrera que los plásticos tienen, como la resistencia al oxígeno y la humedad, cruciales para preservar alimentos frescos.
Sin embargo, empresas e institutos de investigación están desarrollando nuevos materiales que abordan limitaciones técnicas y mejoran el rendimiento de los empaques biodegradables. Por ejemplo:
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Nanocompuestos biodegradables: Mejora de las propiedades mecánicas y de barrera.
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Bioplásticos funcionales: Diseñados para ser compatibles con tecnologías de procesamiento existentes.
Adoptar materiales biodegradables puede posicionar a las empresas como líderes en sostenibilidad, atrayendo tanto a consumidores conscientes como a socios comerciales que priorizan la responsabilidad ambiental.
En Latinoamérica, en 2022, Nestlé lanzó cápsulas de café compostables en México y Brasil, posicionándose como pionero en la transición hacia empaques biodegradables en el sector alimentario, por otro lado, Danone introdujo botellas fabricadas con PLA en su línea de productos lácteos, logrando reducir el uso de plásticos derivados del petróleo y alineándose con su compromiso de sostenibilidad.
En un entorno donde la sostenibilidad es cada vez más valorada, las empresas que inviertan en soluciones biodegradables no solo contribuirán al cuidado del planeta, sino que también fortalecerán su posición competitiva en el mercado global.
La colaboración entre gobiernos, empresas y consumidores será esencial para superar las barreras actuales y maximizar los beneficios de esta transformación.
Fuente: Portal TheFoodTech