¿Qué garantiza que los alimentos que llegan a tu mesa sean realmente seguros?
Autor: Yanithza Mendoza Alvarado - Equipo Industria Alimentaria
La seguridad de los alimentos depende de tres pilares: BPM, PHS y POES, un sistema que previene la contaminación y protege la salud del consumidor.
La industria alimentaria enfrenta diariamente el desafío de producir alimentos que sean inocuos y de calidad, cumpliendo con estándares cada vez más exigentes. Para lograrlo, se aplican tres pilares fundamentales: las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), los Programas de Higiene y Saneamiento (PHS) y los Procedimientos Operativos Estandarizados de Saneamiento (POES). Estas herramientas normativas, reconocidas internacionalmente, buscan prevenir la contaminación y proteger la salud del consumidor a lo largo de toda la cadena productiva.
Un caso ilustrativo ocurrió en una planta procesadora de vegetales frescos en Guanajuato. Tras detectar la presencia de bacterias en una línea de empaque, la empresa reforzó sus BPM implementando controles más estrictos en la recepción de materias primas y capacitaciones sobre higiene personal para los operarios. Al mismo tiempo, actualizó su PHS con rutinas diarias de desinfección y verificaciones semanales del agua utilizada en el lavado de productos. Gracias a los POES, se documentaron cada una de las tareas y responsables, lo que permitió eliminar el foco de contaminación y recuperar la certificación sanitaria en menos de dos meses.
Las BPM son la base de cualquier sistema de calidad, ya que establecen las condiciones generales que debe cumplir una planta para operar de manera segura. Los PHS garantizan que esas condiciones se mantengan en el tiempo, controlando la limpieza, el manejo de residuos y la higiene del personal. Finalmente, los POES convierten estos principios en acciones concretas, detallando cómo, cuándo y quién realiza cada procedimiento de saneamiento. En conjunto, forman un sistema integral que permite a las empresas mantener la confianza del consumidor y cumplir con las exigencias regulatorias.
Sin BPM no hay estructura; sin PHS no hay control ambiental; y sin POES no hay aplicación práctica. Estos tres componentes funcionan como engranajes que al integrarse aseguran la inocuidad de los alimentos desde su origen hasta su distribución. Su correcta implementación no solo evita pérdidas económicas y sanciones, sino que también fortalece la reputación y competitividad del sector alimentario.
Garantizar alimentos seguros no es una tarea sencilla ni inmediata: requiere disciplina, capacitación y compromiso permanente. La aplicación efectiva de las BPM, los PHS y los POES no solo corrige problemas, sino que previene riesgos y protege la salud pública. Si eres profesional del sector alimentario y buscas fortalecer tus competencias, participa en el Curso Especializado con Doble Certificación “Diseño e Implementación de BPMs, Plan de Higiene y Saneamiento (PHS) y Sistema HACCP en servicios de alimentación y la industria alimentaria”, que se realizará el 5, 6, 7 y 8 de noviembre. Una oportunidad ideal para actualizarte en los estándares que garantizan la inocuidad y calidad de los alimentos.









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